Mi historia con Bert Hellinger en Argentina (año 2006)
- Pilar Fernández Gómez
- 26 abr 2024
- 4 Min. de lectura
La semana que pasé con el inventor de las constelaciones familiares, tal y como yo lo viví.
Transcripción de una nota que escribí para la revista Sano y Natural en septiembre de 2006.

El congreso en Buenos Aires de constelaciones Familiares espirituales a primeros del mes de julio fue la guinda de la tarta a un progreso en mi estudio de constelaciones familiares. Después de terminar la formación en el instituto de Constelaciones familiares decidí que tenía que conocer a su inventor, Bert Hellinger, personalmente y aunque viene a Sevilla en octubre, mi pasión por Argentina terminó de convencerme para “cruzar el charco” otra vez.
Cómo siempre los argentinos son entrañables y te hacen la estancia muy agradable. Afortunadamente me dieron el calor humano que allí falta ahora que están en invierno. La humedad era del 95%, la sensación de frío era intensa y os podéis imaginar llegando desde los 40 grados de Madrid…
El taller con el maestro
“No puedo trabajar contigo” me dijo el alemán, claro. Llevaba sentada desde la primera mañana del primer día en el escenario del teatro del Congreso.
Estaba emocionada por poder mirarle desde tan cerca, el corazón me latía con fuerza, parecías mentira como un anciano de ochenta años pudiera transmitir tan ágilmente esa cantidad de paz.
Es un hombre con una mirada profunda y muy azul, estaba tan cerca de él que me daba vértigo, pero no pudo trabajar conmigo, todavía no respeto lo suficiente a mi padre, y en ese momento pedí ser invisible, porque todos los focos decían que me fuera a mi sitio, y miles de personas me miraban, espero con benevolencia, como dice Hellinger. Me fui a mi asiento y me juré que no iba a ser en vano. Que esa vergüenza daría un fruto muy superior a lo mal que me sentía. Que a partir de ese momento querría y respetaría a mi padre con toda la capacidad de amar que tiene mi corazón y que me lo iba a demostrar día a día, pensando en él y haciendo honor a su memoria, como ahora escribo. Pero tengo doble trabajo, porque soy adoptada y tengo el doble de padres, así que lo hago con los dos.
Hellinger hizo una constelación sobre una adoptaba que llevó para supervisión su terapeuta y dijo “Pobre niña, está sola y perdida” y por sus miradas con benevolencia conectadas al movimiento del espíritu no se volverá a sentir así, luego le recomendó que buscara a su padre. Fue emocionante.
Como sabéis en constelaciones es fundamental tomar a los padres tal y como son, honrarlos y amarlos dándoles las gracias por habernos dado la vida, el resto nos lo buscamos nosotros. Pero Hellinger hace mucho que descubrió esto y ahora está más allá, ahora habla del movimiento del espíritu, que no es el movimiento del alma al que antes se refería. Habla de las constelaciones antiguas y de las nuevas constelaciones.
Básicamente parecen iguales, pero hay una diferencia en la calidad y profundidad de la conexión; ahora mira por encima de todo lo ocurrido, más allá, muy lejos, hacia el principio, para poder despedirnos del pasado y dejar la queja. Hellinger citó “La queja, y sin embargo la queja sigue aprendiendo, durante noches repite lo que aprendió…”
Hellinger decía que “la benevolencia es querer bien”. Cuando te preocupas por alguien, pones la preocupación entre él y tú. Si miras más allá, puedes ver algo más grande, le puedes ver tal como es. Al unirnos al movimiento del espíritu aprendemos a contemplar y dirigirnos hacia todo tal y como es. Y así cada uno puede ser tal y como es. Asentimos a su destino. Al sentido de su vida, tal y como es. Entonces obtendremos una actitud de benevolencia. Solo es una actitud contemplativa que se dirige hacia alguien sin querer cambiar al otro. Tal como es, es como el espíritu quiere que sea. La preocupación pasa a benevolencia en sintonía con el movimiento del espíritu. Al otro también le resulta más fácil porque se dirige con benevolencia. Puede desplegarse y ser tal y como el Espíritu quiere que sea.
Tenemos la tentación de cambiar la otro, que sea diferente, que sea igual que nosotros, le alejamos de su movimiento más interno. Acepta a él tal y como es, y en tu presencia él se sentirá seguro. Mostrará su belleza y lo que tiene de especial y sin ninguna intención. También se puede aplicar en la familia y en la profesión.
Si tienes una buena relación con tu madre y tienes benevolencia, te sientes en armonía con los demás. Por ejemplo, ante un asesino siente benevolencia. “yo soy como él”, yo en esa situación podría ser como él, yo en esa situación debería ser como él. En tu interior cambia algo, te vuelves más humano. A nadie le hace daño. ¿No es sencillo? No tiene efectos colaterales.
Jesús habló sobre benevolencia. Hay quien se cree con derecho a desear el mal hacia los demás. Se imaginan un cielo y un infierno y que cuando vuelva Dios enviará a unos al cielo y a otros al infierno. Es una idea terrible que no tiene nada que ver con la benevolencia. “Sed misericordiosos con mi Padre y permitid el cielo sin diferencia a los buenos y a los malos, sin diferencias”. Eso es Benevolencia, tal como la enseñaba Jesús.
Movimiento del Espíritu
Muchos quieren ayudar a otros, pero si me sintonizo con el movimiento del espíritu y contemplo todo tal y como es yo no quiero ayudar, dejo que todo lo haga el movimiento del Espíritu. Cuando me repito y confío en el movimiento del Espíritu, me toma y siento que lo debo hacer, lo que tengo permiso para hacer y luego tengo que retirarme. Hay una señal interna que me dice Si estoy sintonizado con el Espíritu o no. Sin intención, sin miedo. Soy inamovible, no me muevo en ninguna dirección, pero si este movimiento me toma para actuar, actuó centrado y solo en la medida en la que este movimiento me sostiene. Si no es así me vuelvo curioso y pierdo la benevolencia hacia el otro tal y como es. Estando en sintonía con el movimiento del Espíritu todo lo que nos ocurre nos hace felices.

Esta nota es parte de mi historia, de mis comienzos con las constelaciones, el recorrido que me ha llevado a tener más de 18 años de experiencia para poner las constelaciones familiares al servicio de las finanzas y a los negocios.
Si algo de todo esto resuena contigo, te invito a constelar tus finanzas.
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